viernes, 2 de septiembre de 2016

Serranía de Cuenca

Atrás queda ya abril, y una de nuestras primeras salidas con la RT a la ciudad de Cuenca, por aquel entonces, simplemente fue eso, una pequeña salida de ida y vuelta en el mismo día, pero en nuestro ánimo quedó la convicción de volver a esa ciudad colgada sobre el abismo de las hoces, la ciudad tallada por el agua y por el viento, la extraordinaria ciudad de Cuenca y su serranía.

Como suele ser habitual, los valiosos comentarios y recomendaciones de los foreros de BMWMOTOS.COM, en apenas dos días, permitieron que pudiese diseñar la ruta que ahora os quiero mostrar.

Viernes 26 de Agosto.
Salimos de Pinto (Madrid), sobre las cuatro de la tarde de un viernes muy soleado; como nuestra intención era visitar la Ciudad Encantada a la llegada a Cuenca, no había tiempo para recrear la conducción por carreteras secundarias, así que no huimos de la autovía y nos adentramos de lleno en la A-40 (Autovía de Castilla la Mancha) desde Aranjuez hasta Tarancón y de aquí hasta nuestro destino final, 173 kilómetros prácticamente en solitario y poco más de hora y media de duración.
Hospedería seminario.
Como el hotel donde nos íbamos a alojar, Hospedería Seminario Conciliar de San Julián, tenía concertado un parking cerca del mismo, pues allí que nos fuimos directos.
El casco antiguo de Cuenca tiene un gran problema de aparcamiento, junto a la Catedral, en la Ronda Julián Moreno, podrás encontrar una pequeña zona de estacionamiento reservada para motos, pero eso sí, sólo son 6 plazas, nadie te va a garantizar que esté libre para tí, y el ver motos por las aceras, me da la sensación de que tiene que estar muy mal visto en esta ciudad, ya que no se ve ninguna, así que si la moto va a estar un tiempo parada, mejor es buscar un parking, que los hay. 
Tras llegar a nuestro singular hotel, recientemente inaugurado (se encuentra en Booking desde el 17 de agosto) y mostrarnos las posibilidades que podíamos hacer en la ciudad, desistimos de trasladarnos a la Ciudad Encantada, eran casi las seis de la tarde, hacía calor y la opción que nos proponía el hotel nos resultó más atractiva.
Un paseo por la calle San Pedro, con dirección a las ruinas del Castillo (siglo XII), del que no queda prácticamente nada, salvo una de las nueve puertas de entrada que tenía la ciudad, la puerta del Bezudo, nos sitúa en la parte más alta de ciudad, en el barrio del Castillo, y nos ofrece unas espectaculares vistas a ambas hoces, la del Júcar y la del Huécar.
Moteros alemanes por Cuenca.
Después de este recorrido y dejarnos perder por la Ronda de Juan Romero mientras bajábamos para la Plaza Mayor, nos fuimos a la catedral, habíamos adquirido entradas para la exposición "La Poética de la Libertad" una exposición con motivo del IV Centenario de la Muerte de Miguel de Cervantes, compuesta por tres miradas sobre el tema de la libertad, unidas por un entorno histórico-artístico excepcional, la mirada intemporal (Miguel de Cervantes), la mirada lejana (Ai Weiwei) y la mirada cercana (autores informalistas).



Casas Colgadas.
Tras la cena, en el restaurante San Juan Plaza Mayor, no hace falta decir donde se encuentra, tomamos la calle Obispo Valero, junto a la catedral, ésta enlaza con otra más estrechita, la Canónigos, donde se encuentra el Palacio Episcopal y el Museo de Cuenca; sin dejarla, te pondrás bajo el icono de esta ciudad, las Casas Colgadas, literalmente colgadas de la roca y mirando a la hoz del río Huécar. En la actualidad se conservan tan sólo tres de ellas, una ocupada por un mesón y las otras dos por el  Museo de Arte Abstracto de Cuenca.
Otro punto que no debes perderte es la vista hacia las Casas Colgadas desde el centro del Puente de San Pablo.
Volviendo a la Plaza Mayor y sin alejarnos mucho, encontramos una terraza bar con vistas, esta vez hacia la hoz del Júcar, en la Bajada de San Miguel, buen sitio y momento para tomar un ron con cola antes de ir a dormir.
Chin-chin.




Sábado 27 de Agosto.
Sobre las 10 de la mañana estábamos saliendo de Cuenca por la CM-2105 con dirección  a la Ciudad Encantada, pese a que ya habíamos decidido no visitarla, no por falta de ganas, pero con el traje de moto, en pleno verano, el hacer un recorrido de hora y media caminando, se nos hacía un poco cuesta arriba, así que nos limitamos a circular por su carretera y comprobar lo concurrido de su aparcamiento.
Continuamos la ruta dirección Uña y a cuatro kilómetros cogimos la carretera que salía a su derecha, carretera que figura sin nombre en el navegador, tras diez kilómetros llegamos a un cruce, allí tomamos la CUV-9141 con dirección Beamud, una carretera que nos iba a llevar hasta la Base BRIF de Prado de los Esquiladores (Brigada de Refuerzo Contra Incendios Forestales), continuamos la marcha y a escasos 800 metros nos encontramos con una carretera que poco a poco va perdiendo su calificativo para ir transformándose en camino. 
CUV-9141
¡Diossss, que vamos en una RT! Qué camino es este???. Por precaución pongo el modo lluvia, ganaremos algo de agarre y estabilidad, y nos enfrentamos a 10 kilómetros de desconcierto por una carretera de tierra compacta con gravilla, no se puede pasar de 2ª.
En Beamud sabemos que la carretera CUV-9112, que nos llevará a Valdemoro-Sierra no figura en el navegador de mi moto, es difícil entender como una carretera inexistente para el navegador puede estar en tan buenas condiciones, comparada con la anterior; llego a meter hasta 5ª.
Desde Valdemoro-Sierra, una carretera en muy buen estado y con suaves curvas nos pone en las puertas de Campillos-Sierra, donde cogemos la CM-2106 con dirección a Huerta del Marquesado, aquí paramos a ver parte de una exposición muy singular, "El Paisaje Ilustrado", en la que su autor, Luis Zafrilla, a través de esculturas realizadas en acero, nos muestra distintas escenas de la vida cotidiana en los pueblos.

Distintas esculturas en Valdemeca.
Muy cerca de Huerta del Marquesado, en Valdemeca, localidad del autor de El Paisaje Ilustrado, volvemos a hacer una parada para contemplar estas escenas costumbristas que embellecen el entorno natural y que se integran perfectamente en el paisaje, hasta el punto de confundir al observador sobre la veracidad de las mismas. 
El Paisaje Ilustrado comienza nada más entrar en el pueblo, con las escenas de "Tarde de toros", "El encuentro", "La guardia civil"... y así hasta un total de 22 escenas a tamaño real, 8 en Huerta del Marquesado y 10 en Cañete.
Al final, casi no nos dejan salir de Valdemeca...
Tras comer en el bar La Veredilla, dejamos Valdemeca y ponemos rumbo al Nacimiento del Río Cuervo.
Cuando pasamos por Tragacete, recuerdo las recomendaciones sobre el tema de repostar la moto, desde que salimos de Cuenca no había vuelto a ver una gasolinera y no son muy abundantes por la provincia, pero el depósito se encontraba con más de tres cuartos, así que pasamos de largo.
Carretera Río Cuervo.
Un manto de pinos a ambos lados de la carretera hacen que, pese a que circulamos a 30º, la sensación térmica sea muy agradable.
Aparcamos la moto en la entrada del recorrido del Rio Cuervo, después de andar unos 200 metros y ver como otros moteros se quitaban el pantalón de la moto y se enfundaban unos cómodos pantalones cortos, comprendimos que era mejor dejar de seguir andando, hora y media de recorrido, a las cuatro de la tarde, con traje y botas de moto, por muy de verano que sean, no hay cuerpo que lo aguante; dimos media vuelta y lo dejamos para mejor ocasión. Dos "magnun frac" en uno de los bares del aparcamiento junto al río, hacen que nos olvidemos del nacimiento del río.
Nos ponemos en marcha hacia Peralejos de las Truchas, la carretera sigue  siendo espectacular, buen asfalto, buenas curvas, poca circulación, disfrute total. En 14 kilómetros nos encontramos el desvío hacia Peralejos de las Truchas, la carreta cambia, su ancho se hace más estrecho y los pinos casi desaparecen, nos lanzamos en un descenso sin interrupción entre paredes verticales hasta la frontera con la provincia de Guadalajara, el río Tajo. Cruzamos su puente, el agua es cristalina, que distinta de aquella que pasa por la ciudad que me vio nacer.

La carretera vuelve a cambiar, estrecha, parcheada, ¡ Qué bien que viene el cambio de amortiguación de la RT! con la posición "soft" la conducción se hace mucho más agradable por estas carreteras.

Después de alojarnos, nos ponemos en marcha hacia Chequilla. La carretera la cogemos a 3 kilómetros de Peralejos, la GU-960, de nuevo, esta carretera es inexistente para el navegador, si bien, se encuentra en perfecto estado y recién asfaltada, en 12 kilómetros nos plantamos en Chequilla.
Esta pequeña localidad del Parque Natural del Alto Tajo, nos recibe con unas impresionantes formaciones rocosas de arenisca roja, en las que el pueblo se asienta y se adapta. Junto a la localidad, recorriendo los caminos que hay entre bloques de rocas, se descubren estrechos pasillos, esbeltos torreones, miradores sobre el pueblo y una singular plaza de toros. Toda una pequeña "ciudad encantada" formada por los relieves de areniscas.
Paisajes de Chequilla.



Domingo 28 de Agosto.
Salimos de Peralejos de las Truchas con dirección a Beteta, nuevamente disfrutamos de un día soleado y el fresquito de la mañana se agradece. Aquí ya si que no dejamos pasar la oportunidad de repostar la moto,¡Quién sabe cuando volveríamos a ver una nueva gasolinera!La carretera cambia con la presencia del río, y prácticamente desde la salida de Beteta, el Río Guadiela nos acompaña incrustando la carretera entre sus hoces.
Antes de entrar en Puente de Vadillos, la carretera nos sorprende atravesando un arco de roca. 

Continuamos hasta Cañamares, donde cogemos dirección Priego, la carretera CM-2023, al principio, no presagia lo que nos vamos a encontrar en pocos kilómetros, bien podría ser la carretera sin gracia de cualquier pueblo castellano; nada que ver con la realidad. Sin darnos cuenta nos metemos en el Estrecho de Priego, como así se conoce a la hoz creada por el río Escabas. Sus grandes paredes de roca caliza se sitúan a ambos lados del río y de la carretera, llegando a rozar los cien metros de altura en algunos puntos.
Estrecho de Priego.

Volvemos por nuestros pasos y cogemos la CUV-9031, nada más pasar el Camping La Dehesa, la carretera nos conduce bajo lo que parecen "los dolomitas conquenses". El río vuelve a desaparecer y con él el paisaje y la carretera cambian. Enlazamos subidas y bajadas con sucesión de suaves curvas, giramos por una carretera parcheada, irregular, el modo soft vuelve  a hacer perfectamente su función, mientras, los pinos que se alzan hacia el cielo nos envuelven. 

El paisaje es como un vaivén, cambia según los antojos del río y ahora el que nos lleva hacia Las Majadas, ausente de río, se vuelve más agreste.
La carretera de Las Majadas CUV-9113, nos lanza en una sucesión de curvas hacia Villalba de la Sierra, donde ya, la CM-2105 nos traslada de regreso a Cuenca. 


Salimos de Cuenca después de haber repuesto fuerzas en la Terraza del Río Júcar, los ríos, los pinos y esas paredes de piedra han desaparecido, ahora la línea de alta velocidad, el sol sobre nuestras cabezas y el ocre de los campos de Castilla ocupan su lugar. Estamos nuevamente en la A-40, el automático de la moto empieza a hacer su función, volvemos a casa.





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