martes, 23 de agosto de 2016

Vacaciones alpinas. (1ª parte).

Hace casi un año que empezamos a imaginar en este viaje, sólo era una idea, y en ella pensábamos pasar por la Costa Azul, Alpes, Venecia, Florencia y Pisa. Todo quedó en eso, en una idea, pronto los foreros de BMWMOTOS.COM fueron poniéndome los puntos sobre las ies y gracias a su ayuda, pudimos perfilar este viaje; trece días en los que hemos recorrido 3.855 km, subido 27 puertos, visitado Venecia, el Lado Di Garda y recorridas 370 millas náuticas desde el Puerto de Génova hasta el de Barcelona, y todo esto más o menos así:



Sábado 6 de agosto. Valdemoro (Madrid)- Lérida (470 Km).
La idea inicial era haber hecho el viaje hasta Perpignan y de ahí a Chamonix, pero para no cansar nuestros cuerpos con dos etapas iniciales de casi 700 Km cada, decidimos hacer una etapa más corta y hacer noche en Lérida, así que como no había que madrugar mucho para ponernos en carretera, nos lo tomamos con bastante relajación; eran ya las once de la mañana cuando estaba saliendo la moto del garaje, aunque no pasó de ahí, tanta relajación no es buena, me había dejado olvidado quizá algo de lo más importante del viaje, el navegador.
Parada en ruta, Bujaraloz (Zaragoza)
Ya perfectamente colocado en su sitio y ejerciendo el cometido para el que fue comprado, pusimos rumbo a la N-II. Los kilómetros iban cayendo, las paradas se sucedían cada hora y el destino programado se iba acercando poco a poco sin abandonar en ningún momento la N-II.

Lérida nos recibió sobre las cinco de la tarde, y ahora la pregunta, ¿Qué hacer en Lérida?, pues como no teníamos nada programado, recurrimos a la enciclopedia universal, google nos indicaba que nos encontrábamos a unos veinte minutos andando del centro,  así que tras descansar un poco, nos pusimos en marcha.
Sobre el Pont Vell

Estuvimos dando un paseo por la zona de La Seu (catedral antigua de Lérida) y por la zona de su río Segre, pero a mí personalmente, sobre todo, me dio la sensación de no encontrarme en una ciudad española y no me refiero al sentir catalán o español, seguro que el que haya estado por el centro de esta ciudad sabe de lo que hablo. 
Av. Prat de la Riba, 42 (Lérida)



Casi en el centro y con muy buenos comentarios en google, fuimos a parar a Zeke, bar restaurante de tapas, para comprobar si era verdad lo que se decía de él. Todo tal cual lo cuentan, buenas tapas, diseño y atención de su personal, eso sí, lleva dinero y no llegues más tarde de las nueve y media o tendrás que esperar bastante.






Domingo 7 de agosto. Lérida- Rosas (Gerona)- Perpignan (362 Km).
Hoy tocaba madrugar y a las 8,00 h., estábamos subidos en la moto con dirección a Rosas.
Casi a la par que nació la idea de este viaje, mi amigo Paco, nos invitó a que pasáramos por su casa de Rosas si no se encontraba surcando los mares y nosotros persistíamos en nuestra locura, así que dicho y hecho, y allí que nos presentamos para volver a reencontrarnos un año después y saldar ese ofrecimiento.
Grupo de 10 moteros saliendo de Manresa.
Nuevamente nada de autopista, ya habría tiempo en venideras ocasiones, ahora tocaba disfrutar de la carretera en estado puro, así que cogimos la A-2 hasta Cervera, allí enlazamos con la C-25 hasta Vic, tomamos dirección Olot, cruzamos la AP-7 a la altura de Borrassá, enlazamos con la N-II y en Vilatenim tomamos la C-260, que nos dejaría en las puertas de Rosas.

Conforme la carretera nos iba acercando a la costa, la tramontana se comenzaba a hacer presente y el aire se hacía notar, y tanto era así, que pudimos ver como el último ciclista, de un grupo de cuatro, se iba al suelo tras recibir una ráfaga de viento.
Con Paco y Felipe.
A las 17,30 horas nos despedíamos de mi amigo Paco y de su familia después de haber disfrutado de su hospitalidad, de un poco de playa y de una suculenta paella, pero la jornada de hoy aún no había concluido y de nuevo el asfalto y los 90 Km que nos separaban de Perpignan nos esperaban.
Último reportaje antes de entrar en Francia


Si la entrada a Rosas había sido complicada por el tráfico y por coincidir con día de mercadillo, no lo fue menos la salida, muchos franceses regresaban a sus localidades de origen tras haber pasado el domingo en la playa y la N-II hacia La Junquera lo notaba, aunque la mayor dificultad la encontramos ya en suelo francés,  la entrada a Francia por Le Perthus estaba colapsada.

Continuábamos aún sin tocar la autopista y el trayecto hasta Perpignan, pese a la corta distancia que nos separaba, se me hizo un poco tedioso.
Qué contar de la ciudad que, hace años, era lugar de peregrinaje español, de los amantes del cine desconocido de por aquel entonces en nuestro país, pues que hoy se puede disfrutar de un paseo por su casco antiguo, al que se accede por el Castellet, antigua puerta de la ciudad y que en la actualidad está convertido en museo, se puede visitar su catedral gótica de San Juan Bautista y poco más en tan poco espacio de tiempo.
El Castellet

Lunes 8 de agosto. Perpignan-Chamonix (623 Km).
Lugar donde durmió la moto
Pasamos la noche en el hotel Mondial, tengo que agradecer que nos dejasen un local anexo al mismo para guardar la moto, que evidentemente no estaba habilitado para tal menester.
Hoy nos íbamos a enfrentar a la etapa más larga, así que era el momento de empezar a tomar contacto con las autopistas. Al poco de salir nos introducimos en la autopista A9 dirección Orange, pudiendo disfrutar de vistas al mar durante casi 60 Km, poco tiempo después, la imagen idílica del mar a nuestra derecha junto con la tranquila circulación iba a cambiar, ¡Qué diferencia con las autopistas españolas!, en las que salvo los días muy señalados, la circulación es casi inexistente, aquí todo lo contrario, pronto pudimos observar como la circulación se comenzaba a condensar.
 Casa, coche y moto
Una de las cosas que me llamaron la atención, fue la gran cantidad de autocaravanas con las que nos encontramos, algunas unas verdaderas joyas rodantes, otro hecho que me sorprendió, es lo bien acondicionadas que se encuentran sus áreas de servicio, pudiendo clasificarlas de dos modos, unas con servicio de repostaje de gasolina, supermercado y restauración y otras, las más y separadas no a mucha distancia, con zona de estacionamiento y aseos, todas ellas se encuentran perfectamente anunciadas con el nombre de "Aire" o lo que es lo mismo, área de servicio.
Hasta llegar al peaje de Valence, la autopista parecía que se había ido convirtiendo en una carretera de la playa, aunque en nuestro sentido de la marcha no nos podíamos quejar, en el contrario, las obras en la autopista estaban ocasionando importantes atascos.
A la altura de Voreppe, el navegador no respeta la ruta convenida y en vez de conducirnos dirección a Grenoble, nos hace tomar dirección Annecey ¡Cómo puede ser que se desvíe de la ruta impresa!. Paramos en un área de servicio de las completas y tras repostar moto y cuerpos, comprobamos con el google map que vamos por un trazado paralelo, que si bien no era el elegido, es el más rápido, así que continuamos por la A43, hasta llegar al área de servicio del Mont Blanc, buen sitio para tomar una foto de la mítica montaña más alta de la Unión Europa, con 4810 metros y a un paso de Chamonix.
Mont Blanc al fondo.
La entrada a la localidad, como la entrada a Madrid en hora punta; un paso a nivel con barreras nos hace detener a las puertas de la concurrida y soleada ciudad, antes de tomar la carretera de salida que nos va a llevar a nuestro hotel, pronto lo reconocemos, no así su interior.
Vistas desde el balcón del hotel
¡Qué bien están hechas algunas fotos de hoteles!, pero todo no puede ser malo, sólo había que salir a su balcón y deleitarse con las vistas sobre la montaña y el glaciar Des Bossons.

En Chamonix, sobre las 18,00 h, un día soleado y sin posibilidad de alargar la estancia, lo que se puede hacer es pasear por sus calles, hacerse unas fotos con la míticas estatuas de Balmat y Paccard, primeros en ascender al Mont Blanc un día como hoy de 1786, comprar algunas chuches (salchichón), disfrutar de una cerveza en alguna de sus terrazas y desear que el tiempo no cambie, máxime cuando al día siguiente empezaba la verdadera aventura.
Chamonix.

Martes 9 de agosto. Chamonix- Ronco Bedretto (Suiza), (236 Km).
Las previsiones para el día de hoy no eran nada buenas, amanecía una mañana gris, pero al menos sin lluvia, aunque cuando bajé parte del equipaje la moto me confirmó que había llovido, de regreso, ya me había agenciado un poco de papel higiénico con el que secar al menos los sillines y la parte del deposito donde colocar la bolsa sobre depósito.
A la salida del restaurante nos encontramos con este pato.
A unos 10 Km, en Argentière, conforme empezaba a ponerse empinada la carretera y a oler a pino, comenzó a aparecer la lluvia, a los pocos kilómetros tuvimos que parar y buscar refugio. El destino quiso que fuéramos a parar al restaurante La Ferme des 3 Ours, en Vallorcine, último pueblo francés antes de llegar a Suiza, un sitio con una exquisita decoración y que bien podría haber servido para darnos un buen homenaje, lástima que a lo más que íbamos a llegar era a tomar un café caliente.
Cuando la lluvia cesó un poco, volvimos de nuevo a la carretera que en pocos kilómetros nos iba a adentrar en Suiza, previo paso por su frontera, aquí te puede surgir la disyuntiva de si vignette sí o no.
Vignette.
Si no sabes que es la vignette, te diré que es una pegatina que debe de ir colocada en el parabrisas de los automóviles (a modo de nuestra pegatina de ITV) o en un lugar fijo de las motocicletas, que habilita circular a los mismos por las autopistas suizas (indicadas con color verde) durante el periodo del 1 de diciembre del año anterior al 31 de enero del año siguiente y que tiene un precio de 38,50€.

No compres aquí la vignette.

En Suiza es fácil ir circulando por una carretera normal y que en un momento dado o porque no te des cuenta, se te convierta en autopista, lo que te acarrearía una multa y quizá algún que otro problema con las autoridades, así que tras valorar las distintas opciones y los consejos de los foreros de BMWMOTOS.COM, optamos por su compra en una tienda de tabaco que se encuentra nada más pasar la frontera a la izquierda, si puedes hazlo en la que hay un poco más a delante, te ahorrarás el mal humor de su dependiente.
Con la vignette ya pegada en la parte interior del compartimento delantero de la moto, seguimos nuestro camino y enseguida nos encontramos con la primera ascensión, el Col de la Forclaz con sus 1527 m,  su descenso, con un perfecto asfalto y curvas entretenidas nos llevan hasta las puertas de Martigny, primera localidad de referencia en Suiza.
Chuches compradas en Chamonix...
Aprovechamos una de las múltiples áreas de servicio para despojarnos de la ropa de lluvia y probar esas chuches que habíamos comprado el día anterior. Nada mejor que unas rodajas de salchichón a las doce de la mañana para afrontar bien el día...


La autopista nos iba adentrando en Suiza, en su paisaje, en ese verde constante a uno y otro lado de la carretera, solo interrumpido por el azul de las aguas del Ródano y la lejana figura de pequeños pueblecitos diseminados por las laderas de las montañas.

Pasamos la localidad de Sion, presidida por la Basílica de Valère y por uno de sus tres castillos, pronto termina la autopista, ahora nos queda disfrutar, más aún si cabe de sus pueblos y sus parajes.

Acabábamos de hacer una parada técnica junto al Restaurante Alpina, en Grengiols (Suiza) y a tan solo 11 Km. descubrimos a nuestra derecha colgando sobre el Ródano, a una altura de 92 metros, un impresionante puente de madera de 280 metros de longitud y 1,40 metros de ancho, así que otra vez pies sobre tierra y a explorar ese puente. Su acceso es gratuito y es la antesala de un parque temático "Bollwald". Solo nos adentramos hasta su mitad, pudiendo comprobar el balanceo de las tablas de madera bajo nuestros pies y la sensación de estar suspendidos en el aire.

Sobre el puente colgante.
La carretera nos sigue llevando por pintorescos pueblecitos de madera, Niederwald, Gluringen, Rechingen y muchos más de nombres impronunciables; de vez en cuando, un paso a nivel con barreras detiene nuestra tranquila marcha a no más de 50 Km/h, despacio, pero sin pausa, el primer gran puerto cada vez se encuentra más cerca.
Nufenen Pass
En Ulrichen dejamos la carretera 19 y tomamos dirección al Nufenen Pass, el cambio de paisaje pronto se hace notar; tras unos 4 Km. la carretera emerge de entre los árboles y comienza la ascensión, pronto nos encontramos ante una sucesión de horquillas que nos van elevando hacia su cima, que con sus 2.478 m., conforma el paso de montaña más alto de Suiza. Aislado de los otros míticos puertos de los Alpes Suizos es el encargado de darnos la bienvenida alpina, con frío, mucho frío.

Tras coronar el puerto, aprovechamos para reponer fuerzas, degustando y probando por primera vez una polenta alpina.
Continuamos el viaje, y a tan solo 16 Km., llegamos a nuestro destino final en la etapa de hoy, el Hotel Chalet Stella Alpina, un hotel con encanto enclavado en el valle de Bedretto, muy cerca de Airolo, o lo que es lo mismo, el punto que nos iba a servir para afrontar la "prueba del 9", llamada así por el número que se describe al unir los distintos puntos de la misma.
San Gotardo

Como habíamos llegado pronto, decidimos afrontar la subida del mítico San Gotardo (2.109 m.) por una de sus dos vías, la vía Tremola o carretera antigua adoquinada. Su inicio se sitúa en Airolo y pese a llevar trazada la ruta en el navegador, tengo miedo de no dar con ella, si no vas muy pendiente, es fácil coger la carretera normal. Los adoquines se resisten a aparecer, pero pronto un par de tramos empedrados me muestran que estoy en el buen camino y la carretera empieza a ondularse y a empinarse sin descanso, si bien la carretera es ancha y no ofrece mucha dificultad; empiezo a pensar que no es para tanto. Pero la inclinación y la dureza de la carretera siguen de forma progresiva, empiezan a llegar los primeros "tornantes" o curvas de herradura (180º) y no hay tiempo para la distracción hasta que llegamos a la cima. 
Desde el Chiosco Panorama


El regreso al hotel, lo hicimos por la carretera normal, todo una autopista comparada con la vía Tremola, en el descenso descubrimos el "Chiosco Panorama" un singular sitio desde el que podrás disfrutar de unas vistas espectaculares sobre la localidad de Airolo y parte de la subida al San Gotardo, así como disfrutar de un café calentito o comprar algún que otro souvenir.





Antes de llegar al hotel, a la altura de la localidad de Fontana, nos encontramos con esta estampa, que a día de hoy, aún no sabemos muy bien de que podía tratarse.
Pero si la estampa con la que nos encontramos nos sorprendió, no fue menos, el lugar por el que tenía que pasar el convoy.

Joder con los suizos!!!, siempre habíamos oído hablar de la precisión Suiza, pero esto roza los límites de lo imposible.


Miércoles 10 de agosto. Ronco Bedretto (Suiza)- Chur (Suiza), (238 Km).
El sol se abre paso entre las cortinas de la habitación hora y pico antes de que la alarma del móvil debiera sonar, aunque la temperatura exterior no llega a los 6º, la sensación térmica desde la cama y bajo el edredón nórdico es muy distinta. ¿Qué tiempo hará a tan solo los 25 Km que nos encontramos de nuevo del Paso de San Gotardo?, ayer tuvimos un poco de todo en su ascensión, gotas al inicio, sol en la subida, y niebla y frío arriba.
                   Carretera nueva                                           Vía Tremola
A las diez de la mañana nos pusimos en marcha, realizamos la subida por la carretera normal, si bien, esta vez para encontrarla tuvimos que dar la vuelta en la vía Tremola. Las vistas desde esta carretera hacia la vía Tremola, no nos deja indiferente, su trazado es espectacular, pero agradecemos el haberlo hecho la tarde anterior, hoy a estas horas la carretera de adoquines es un ir y venir de vehículos.
En la bajada hacia Andermatt nos encontramos con obras en la carretera, esto fue una constante en las carreteras suizas, muy bien señalizadas, pero que evidentemente ralentizaban la marcha.
Túnel de Airolo.
Al llegar a Wassen, entre el navegador, las múltiples indicaciones y mi equivocada decisión, cogimos la dirección contraria y nos metimos en un túnel que nos lleva tras recorrer unos 20 Km de vuelta a Airolo. La temperatura antes de entrar en él era de 9º, íbamos preparados, las previsiones para el día de hoy no eran muy buenas, así que ropa térmica y trajes de agua hacían que no sintiésemos las inclemencias del tiempo, pero aquí en menos de 5 minutos pasamos a 38,5º. Al llegar a Airolo, vuelta para el túnel, pero ya sin la ropa de lluvia.
Restaurante Sustenbrüggli
Nada más salir del túnel, ya con la dirección correcta, empieza a  llover, así que vuelta a la ropa de agua. La lluvia se va haciendo más intensa y en ocasiones dificulta la visibilidad, unos kilómetros antes de llegar al Puerto de Susten (2.224 m.)paramos para hacer una foto en el restaurante Sustenbrüggli, restaurante motero donde los haya, pero las condiciones climatológicas hicieron imposible el disfrutar de su terraza.

Coronamos el Puerto de Susten, ya no llueve, ahora nieva ligeramente; es buen momento para intentar calentar el cuerpo con un café, afuera se queda la moto a 1,5º y con una visibilidad bastante reducida, que impide ver la belleza invisible que nos rodea.
Susten Pass.
La lluvia hoy no nos da muchos respiros, así que cuando bajó la intensidad, aprovechamos y nos pusimos de nuevo en marcha; si la subida había sido espectacular, no mucho menos era el trazado de bajada hacia Innertkirchen. 
Grimsel.
Aquí comienza el camino hacia el Puerto Grimsel (2.164 m.), antes atravesaremos Guttanen, donde la carretera  empieza a ascender rápidamente en medio de gargantas cada vez más estrechas y un paisaje de agreste belleza. La vista de la parte norte del Grimsel está marcada por las instalaciones de las centrales hidroeléctricas, las líneas eléctricas de alta tensión y los elevados muros de las presas. En el punto más alto del puerto está el Totensee (Lago de los muertos), una lástima que las condiciones de visibilidad siguieran siendo muy escasas, y nos volvieran a privar de poder contemplar la belleza del entorno.
Furka Pass
Casi sin darnos un respiro, continuamos hacia el siguiente puerto, el Furka Pass (2.436 m.), tan solo nos separa de él nueve curvas de 180º de bajada y siete de 180º de subida sobre una pared vertical desde la que nunca se pierde de vista el siempre presente río glaciar Ródano.
En el descenso continuamos con la omnipresente lluvia y los tornantes, después largas rectas y curvas rápidas por verdes valles. Decidimos hacer una parada para comer en la localidad de Realp.
Iniciamos la marcha con dirección a Andermatt, el tiempo nos daba una pequeña tregua y pudimos disfrutar de algunos rayos de sol, por lo que Aurora se animó a inmortalizar parte del bellísimo pueblo que nos daba la bienvenida, a todos los moteros, desde el hotel que llevaba su nombre.
Andermatt.
Oberalp.


El siguiente destino, el Puerto de Oberalp (2.046 m.), quizá el puerto que hasta ahora ha ofrecido menos dificultades para su ascensión, pero no nos equivoquemos, sus nueve "tornantes" de 180º harán que no te aburras en ningún momento, tanto en su subida, como en su bajada, mucho más divertida por sus horquillas y carretera más estrecha. Como en prácticamente todos los puertos, podrás disfrutar de lo espectacular de sus lagos, y el Oberalp no iba a ser menos.
Este puerto tiene una peculiaridad, que la dejo para que tú la descubras mirando un poco la foto.
Sí, hay un faro y yo no sé tampoco qué pinta ahí.

Plaza de Chur con su catedral al fondo.
Pese a los poco más de 200 Km. de ruta, el día había sido duro, no tanto por la dificultad que entrañaba el haber realizado la "prueba del 9" si no por las condiciones climatológicas tan adversas, pero ya nos encontrábamos en Chur, la que dicen la ciudad más antigua de Suiza y como turistas, no podíamos dejar pasar por alto un sitio tan histórico, así que nos dejamos perder por sus calles.
La ciudad cuenta con dos senderos bien marcados para que el turista no deje de contemplar lo más importante de la ciudad; estos dos senderos están señalizados directamente en el suelo, mediante dos pares de huellas (unas verdes y otras rojas) que te conducen por su casco antiguo, con casas del siglo XV y XVI y clara influencia de la vecina Italia, entre las que resalta su catedral, un edificio de 800 años de antigüedad.
También te puedes encontrar más de 100 bares, asistir a algún concierto y beberte una cerveza en el Giger-Bar, conocido sitio customizado al estilo de los dibujos de H.R.Giger, el diseñador del famoso Alien y natal de Chur, aunque a mí el bar que más me llamó la a tención fue el que está sobre estas líneas.
Obere G. 41, 7000 Chur (Suiza).


Jueves 11 de agosto. Chur-Livigno (Italia), (226 Km).
Es difícil elegir qué día es el mejor de una ruta, de unas vacaciones o incluso de una semana, ya que cada día nos depara un nuevo acontecimiento, unas nuevas vivencias que, en muchos de los casos, no estaban previstas en nuestras mentes y que nos sorprenden para lo bueno o para lo malo, por eso no puedo decir que hoy fuese el día mejor o principal de estas vacaciones, de hecho, han sido tantos los momentos vividos que no sabría con cual quedarme, pero hoy era un día especial, quizá uno de los más esperados, el Stelvio nos esperaba.
Chur amanece con sol, pero no debemos de confundirnos, el termómetro no pasa de los 9º y la temperatura máxima para el día de hoy en nuestro destino final (Livigno) son 10º, hoy toca salir de nuevo bien abrigados.
En el garaje nos encontramos con una pareja de españoles, mi mala memoria me impide recordar sus nombres, pero no así su nick del foro de BMWMOTOS.COM, jac 5611. El día anterior habían hecho el mismo recorrido que nosotros, pero a la inversa, tuvieron más suerte con el tiempo.

Cogemos dirección Landquart, aquí tomamos la carreta 18 que nos llevará sin parar hasta la localidad de Davos, el paisaje sigue siendo verde, tintado por el marrón de la madera de los pueblos que vamos dejando atrás y por el azul del río que siempre acompaña nuestro camino.
Lago de Davos.



Davos se encuentra situada a 1.560 m., por lo que tiene la reputación de ser la ciudad más alta de los Alpes. En invierno se convierte en un centro internacional para la práctica de deportes de nieve y en verano, su lago ofrece gran diversidad de actividades acuáticas.



Seguimos hacia el Flüela Pass (2383 m.), otro espectacular emplazamiento que la naturaleza ha querido situar en el corazón de Suiza y que hasta mediados del mes de mayo suele estar cerrado por nieve. Unos metros antes de coronar su parte más alta nos encontramos con su lago casi helado y si miramos al frente, podemos observar la nieve que se resiste a abandonar la montaña.
Flüela Pass.


Paso Ofen.
Seguimos hasta Susch por la carretera 18, allí nos desviamos y tomamos dirección Zernez, y si antes predominaba el verde, ahora el paisaje es totalmente verde, pinos a uno y otro lado de la carretera observan nuestro pado. Nos encontramos cerca Fourm Pass (2149 m.), también conocido como Paso Ofen, enclavado en el único Parque Natural de Suiza y que conecta  Zernez en el valle de Engadina con Val Müstair.

Estamos en la entrada del Val Müstair, sus praderas de verde intenso y sus cuidados pueblos ofrecen un contraste frente a la naturaleza salvaje del cercano Parque Nacional Suizo. No hay pausa y ya casi nos encontramos saliendo de Suiza, su última localidad, Müstair, alberga el Monasterio Benedictino de San Juan (Patrimonio Cultural de la Unesco), su iglesia, que data del año 775, posee el mayor ciclo de frescos del mundo.
Suiza                                                                                    Italia
Cruzamos la frontera Suiza con Italia, todo cambia, la carretera, la temperatura (18º), el Stelvio ( 2757 msnm) nos espera.
Tomando las últimas notas antes de afrontar el Stelvio.

Pasmos la localidad Prato Allo Stelvio, ya nos encontramos a tan solo 26 kilómetros del puerto de montaña con mayúsculas, el segundo más elevado de los Alpes por detrás del Col de L'Iseran, y si bien la carretera empieza a mirar hacia arriba, aún tenemos tiempo para ir preparando nuestra mente y nuestro cuerpo atravesando otros pueblos, Gomagoi y Trafoi, donde empieza lo bueno.
Ya llevábamos 5 tornantes.
Las curvas se van sucediendo poco a poco a lo largo de los 15 Km que nos quedan; serán 48 tornantes, curvas de herradura, de 180º o como se les quiera nombrar, a parte, claro está, de las curvas normales, pero yo en estos momentos ya no tenía tiempo de ir contándolas, ni tampoco Aurora estaba mucho por la labor, bastante tenía ella con intentar sacar alguna foto, cuando no me estaba diciendo si bajaba o no algún vehículo o ciclista por esas curvas de trazado casi imposible y desnivel medio del 7%, que me obligaban invadir el carril izquierdo de la estrecha carretera, para conseguir meter la moto dentro de esa trazada de herradura.

Aún faltan 16 tornantes y ya eramos un buen grupo.
Uno de mis mayores anhelos y preocupaciones era el tráfico que me pudiera encontrar, no solo el de bajada, si no también el de subida; pronto nos adelantaron dos motos a las que perdimos rápidamente de vista, cada uno tiene su forma de disfrutar y su ritmo de conducción, yo prefiero ir contemplando el paisaje (aunque aquí más allá de 5 metros no te daba tiempo a mirar) y dejar la velocidad para los circuitos, y vistos desde el sofá del salón.
11 tornantes más y el Stelvio.
En nuestra ascensión, debemos hacer lo propio con un vehículo y un gran número de ciclistas. A escasos kilómetros, un Citroen Picasso empezaba a formar una caravana considerable, cuatro vehículos, las dos motos que nos adelantaron, un BMW descapotable, nosotros y una vespa a la que acabábamos de adelantar.
Vamos dejando atrás curva tras curva, poco a poco, pero sin pausa, dejando una distancia prudencial con el coche que nos precede, cualquier parada que éste realizase en medio de una curva podría ocasionarnos un serio problema, si nos encontrásemos muy cerca de él.
Solo faltaban 4 tornantes, en el que se produjo el suceso.
En un momento dado, faltando solo cuatro tornantes para coronar la cima, el Citroen Picasso detuvo su marcha para dejar pasar al vehículo que venía en sentido contrario. La pendiente, la inexperiencia, el no saber qué puerto iba a subir o quizá los nervios de estar afrontando tan singular ascenso, hicieron que el coche quedase inmovilizado, no pudiéndolo poner en marcha. Las dos motos que nos precedían, sabedoras de la agilidad de sus monturas, abandonaron la caravana para adelantar al vehículo parado, pero esto es el Stelvio, no una carretera convencional, la primera moto pasó, pero no así la segunda, que al intentar trazar la curva cayó al suelo, no hay que pensar que esto sea algo excepcional, simplemente es el Stelvio.
Imagen desde el alto del Stelvio.

Superado este obstáculo y superadas las otras tres curvas que nos faltaban, tengo que confesar que sentí emoción, ya estaba en el Stelvio.
Simplemente Stelvio.
Después de disfrutar hora y media del sol, del ambiente y el entorno del puerto, continuamos la marcha con dirección a nuestro destino final de hoy, la ciudad de Livigno, que goza de estatuto de zona franca, o lo que es lo mismo, una ciudad exenta de IVA y vaya que si se nota!!!. Seguimos disfrutando de parajes espectaculares, imposibles de plasmar todos en esta página y casi en el recuerdo; llegamos a la localidad de Isolaccia, ciudad esta que no tendría mayor importancia en la ruta, salvo por lo que nos deparó su entrada en ella.
No sé quien se sorprendió más, nosotros o las gentes con las que nos cruzábamos...
Circulábamos tranquilamente pensando ya en el destino final, cuando el navegador me marcó que girásemos a la izquierda, así que como hasta ahora no nos había dado muchas complicaciones, pues primer tiempo de saludo y hacia la izquierda. Pronto empecé a comprobar que algo raro estaba pasando, después de creer que estábamos haciendo otra otro Stelvio, pero esta vez por un sendero, paramos y dimos la vuelta, a penas un kilómetro.
Puestos ya en ruta, aún nos quedaba por afrontar la subida del Foscagno Pass (2291 m.), situado junto al puesto de control que la Guardia de Finanzas italiana tiene instalado para realizar el control fiscal de los vehículos que salen de Livigno.
Ya solo nos quedaba descansar y disfrutar de la ciudad sin IVA.
Y de un spritz.





5 comentarios:

  1. Interesantísimo relato del que nos aprovecharemos el año próximo Elena y yo para pasar un par de semanucas en nuestra GS. Saldremos desde Santander y probablemente tomemos una ruta a Suiza un poco más al norte que la vuestra.... pero ya allí...... te lo copiamos todo. Je, je... gracias.

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    1. Espero que te sirva Javier y que lo disfrutéis tanto como nosotros.

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  2. Hola Fernando. Me encanta todo lo que describes. Nos ha traído muchos recuerdos de la ruta por los Alpes que hicimos nosotros a principios de Julio bastante similar a la vuestra. Qué pena el tiempo! Nosotros afortunadamente disfrutamos de buenas temperaturas. Ya nos veremos e intercambiaremos impresiones sobre nuestros viajes. Un saludo a Aurora.
    Por cierto, soy Ana de los Moteros de Pacotilla de Valdemoro.

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    1. Muchas gracias por tu comentario Ana, a ver si os animáis y os venís con nosotros en alguna de nuestras salidas de fin de semana.

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  3. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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